El día 24 de marzo, los niños de infantil, encontraron en el patio del cole, sorprendentemente, un enorme sapo verde. Intentaban ellos enterrarlo vivo, al pobre, y me dio pena, así que les dije que tal vez se trataba del sapo de Tiana y el sapo, Navil. Que en vez de maltratarlo deberían darle un besito, por si se convertía en príncipe o algo así. En seguida acudieron mis niños y niñas, tan ilusionados como siempre con cualquier cosa que digo. Tanto, que les ofrecí quedárnoslo unos días como mascota. Por supuesto, le pusimos Navil.
Así que Lola trajo su pecera, le metimos unas piedras, unas matas y agua, y allí estaba tan a gustito el sapo de casa en casa. En los recreos le cazábamos moscas y hormigas y él tan contento. Cuando todos disfrutaron de él al menos un par de días, decidimos que su mejor sitio era la Naturaleza, porque si no se volvería un sapo tonto, que no sabría cazar y que no podría tener familia. Éste es el momento de su liberación, justo un mes después. Mirad qué carita triste tienen Lola y Elena. Marisa, que es muy naturalista, parece estar más convencida.
Muy bien niñas, el mejor sitio para Navir está en la naturaleza, esa es su verdadera casa. Estoy muy contenta de que Navir vuelva a ser un sapito libre y feliz.
ResponderEliminarHola Carmen, niños y niñas del colegio Antonio Machado. Soy Miguel Angel , maestro de 2º de primaria en el colegio Profesor Enrique Tierno de Lobosillo.
ResponderEliminarNos ha encantado leer vuestra historia con Navil. Pensamos y creemos que el mejor lugar es en su estanque junto quizás a sus crías. Seguro que ahora disfruta junto a sus amigos la rana Gustavo, el lagarto Guancho o quien sabe todos los que serán.
Un saludo desde Lobosillo.
¡Qué alegría me ha dado tu visita, Miguel Angel! De vez en cuando Antonio me saluda de tu parte. Espero que todo te vaya bien y que tus niños y niñas sean tan magníficos como los míos. Un abrazo.
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